sábado, 9 de abril de 2016

Quién sabrá quién eres

Quizás había perdido la fe en encontrarse mirándose a un espejo,
porque había dejado de ser yo misma 
o como nunca me enseñaron como hacerlo,
nunca había sido quién era.
Porque el mundo dice que todo influye, 
incluso las palabras bonitas de una persona querida
o las tardes de lluvia observando la ventana.
Y todo influye para bien o para mal,
pero lo hace, dejando atrás quienes eramos
hacía unos años, tan puros y sinceros 
hasta convertirnos en copias de madera 
que circulan por las carreteras sin 
girarse al ver el Sol.






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